Hay noches en que el hijo
se me duerme ovillado junto al regazo
de la madre.
Ella resuelta en lunas,
él pálido,
rosa y mortal.
Ay nanas de la cebolla,
nanas de los 18 años
a cuestas con 1a vida
y ella y tú batallando
contra la muerte injusta,
ganando la batalla
y volviendo a luchar
esta vez contra el miedo.
y siempre ganando.
Pues en eso consiste la vida. En una lucha constante. Saludos.
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