lunes, 27 de septiembre de 2010

"Prueba de vida, Autobiografia de la muerte" 2002 Leopoldo Maria Panero


En Londres, si hay un loco que dice al camarero "I am Jesuscrist", el camarero le responde "everybody is Jesus Crist", y no es necesario pecar en nombre de Dios, que es como únicamente se puede pecar en España, como decía mi ex golpista amigo Manolo Quejío, en Es pá ná

jueves, 23 de septiembre de 2010

"El rey de Sodoma" 1983 Fernando Arrabal

Fernando Arrabal firma así la contraportada de este libro de teatro que me sorprendió favorablemente ya que es mi primera lectura sobre sus textos y así dice: Reinventar el teatro es un quehacer fascinante. Se marcan limites, se marcan tabúes, se dictan normas... pero el dramaturgo, escucha tan solo su inspiración, escribe todo lo que le pasa por la cabeza. Y en su obra se dan cita la seducción, la locura , Dios, la Virgen Maria, el Ajedrez, el orgasmo, la perversión, la muerte, la mujer, la degradación , la ternura... Y escribe un teatro libre, católico , poético y pasional, gozando con él, sufriendo... viviendo intensamente. 

viernes, 17 de septiembre de 2010

"La campanilla de la doncella" 2009 Edith Wharton


Me volví hacia el olmo mientras me hablaba, y sus ojos me siguieron, pero allí no había nadie. La calle estaba vacía en todo aquello que alcanzaba la vista. Me invadió una sensación de desamparo. Emma Sazon se había ido, y yo no era capaz de adivinar qué quería. Su última mirada  me había traspasado hasta el tuétano. ¡Y sin embargo no me había hablado! De repente me sentí más desolada que cuando la tenía delante, vigilándome

domingo, 12 de septiembre de 2010

"24 poemas" 2009 Pere Gimferrer


LA MUERTE EN BEVERLY HILLS

En las cabinas telefónicas
hay misteriosas inscripciones dibujadas con lápiz de labios.

Son las últimas palabras de las dulces muchachas rubias
que con el escote ensangrentado se refugian allí para morir.

Última noche bajo el pálido neón, último día bajo el sol alucinante,
calles recién regadas con magnolias, faros amarillentos de
los coches patrulla en el amanecer.

Te esperaré a la una y media, cuando salgas del cine -y a
esta hora está muerta en el Depósito aquélla cuyo
cuerpo era un ramo de orquídeas.

Herida en los tiroteos nocturnos, acorralada en las esquinas
por los reflectores, abofeteada en los night-clubs,
mi verdadero y dulce amor llora en mis brazos.

Una última claridad, la más delgada y nítida,
parece deslizarse de los locales cerrados:
esta luz que detiene a los transeúntes
y les habla suavemente de su infancia.

Músicas de otro tiempo, canción al compás de cuyas viejas
notas conocimos una noche a Ava Gardner,
muchacha envuelta en un impermeable claro que besamos
una vez en el ascensor, a oscuras entre dos pisos, y
tenía los ojos muy azules, y hablaba siempre en voz
muy baja- se llamaba Nelly.

Cierra los ojos y escucha el canto de las sirenas en la noche
plateada de anuncios luminosos.

La noche tiene cálidas avenidas azules.
Sombras abrazan sombras en piscinas y bares.

En el oscuro cielo combatían los astros
cuando murió de amor,
y era como si oliera muy despacio un perfume.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

"El pesa-nervios" 2002 Antonin Artaud


CARTA AL SEÑOR LEGISLADOR
DE LA LEY DE ESTUPEFACIENTES

Señor legislador de la ley 1916 aprobada por el decreto de Julio de 1917 sobre estupefacientes, eres un cretino.
Tu ley no sirve más que para fastidiar la farmacia mundial sin provecho alguno para el nivel toxicómano de la nación porque:
1º El número de los toxicómanos que se aprovisionan en las farmacias es ínfimo.
2º Los verdaderos toxicómanos no se aprovisionan en las farmacias.
3º Los toxicómanos que se aprovisionan en las farmacias son todos enfermos.
4º El número de de los toxicómanos enfermos es ínfimo en relación a los toxicómanos voluptuosos.
5º Las restricciones farmacéuticas de la droga no reprimirán jamás a los toxicómanos voluptuosos y organizados.
6º Habrá siempre infractores.
7º Habrá siempre toxicómanos por vicio de forma, por pasión.
8º Los toxicómanos enfermos tienen sobre la sociedad un derecho imprescriptible que es el que se los deje en paz.
Es por sobre todo una cuestión de conciencia.
La ley sobre estupefacientes pone en manos del inspector-usurpador de la salud pública el derecho de disponer del dolor de los hombres; en una pretensión singular de la medicina moderna querer imponer sus reglas a la conciencia de cada uno. Todos los balidos oficiales de la ley no tienen poder de acción frente a este hecho de conciencia; a saber, que más aún que de la muerte, yo soy el dueño de mi dolor físico, o también de la vacuidad mental que pueda honestamente soportar.
Lucidez o no lucidez, hay una lucidez que ninguna enfermedad me arrebatará jamás, es aquella que me dicta el sentimiento de mi vida física. Y si yo he perdido mi lucidez la medicina no tiene otra cosa que hacer sino darme las sustancias que me permitan recobrar el uso de esta lucidez.
Señores dictadores de la escuela farmacéutica de Francia ustedes son unos pedantes roñosos: hay una cosa que debieran considerar mejor; el opio es esta imprescriptible e imperiosa sustancia que permite retornar a la vida de su alma a aquellos que han tenido la desgracia de haberla perdido.
Hay un mal contra el cual el opio es soberano y este mal se llama Angustia, en su forma mental, médica, psicológica o farmacéutica, o como Uds. quieran.

La Angustia que hace a los locos.
La Angustia que hace a los suicidas.
La Angustia que hace a los condenados.
La Angustia que la medicina no conoce.
La Angustia que vuestro doctor no entiende
La Angustia que quita la vida.
La Angustia que corta el cordón umbilical de la vida.

Por vuestra ley inicua ustedes ponen en manos de personas en las que no tengo confianza alguna, castrados en medicina, farmacéuticos de porquería, jueces fraudulentos, doctores, parteras, inspectores doctorales, el derecho a disponer de mi angustia, de una angustia que es en mí tan aguda como las agujas de todas las brújulas del infierno.
Temblores del cuerpo o del alma, no existe sismógrafo humano que permita a quien me mire. Llegar a una evaluación de mi dolor más precisa, que aquella, fulminante, de mi espíritu..
Toda la azarosa ciencia de los hombres no es superior al conocimiento inmediato que puedo tener de mi ser. Soy el único juez de lo que está en mí.
Vuelvan a sus buhardillas, médicos parásitos, y tú también Legislador Moutonier, que no es por amor a los hombres que deliras; es por tradición de imbecilidad.
Tu ignorancia de aquello que es un hombre sólo es comparable a tu estupidez pretendiendo limitarlo. Deseo que tu ley recaiga sobre tu padre, sobre tu madre, sobre tu mujer y tus hijos, y toda tu posteridad. Y ahora me trago tu ley.

domingo, 5 de septiembre de 2010

"Los títeres de Cachiporra - Mariana Pineda" 1998 Federico Garcia Lorca

Los títeres de Cachiporra

De Cádiz a Gibraltar 
¡qué buen caminito! 
El mar conoce mi paso 
por los suspiros.
Ay muchacha, muchacha, 
¡cuánto barco en el puerto de Málaga!
De Cádiz a Sevilla 
¡cuántos limoncitos! 
El limonar me conoce
por los suspiros.
Ay muchacha, muchacha, 
¡cuánto barco en el puerto de Málaga!

Mariana Pineda

Angustias: (Dejando la lectura.)
Borda y borda lentamente.
Yo la he visto por el ojo de la llave.
Parecía el hilo rojo, entre sus dedos,
una herida de cuchillo sobre el aire.