Así empieza el primer relato de Antonio Luque (Sr. Chinarro) La mina, seguido por el Socorrismo.
Tan extraño es que una cigarra pueda pasarse el verano tocando la guitarra como que unos hombre habrá galerías en la tierra, como hormigas hacendosas, en busca del sustento necesario para cualquier estación del año. Más aún si lo que buscan no es algo comestible, algo con lo que obtener energía para seguir buscando, ni algo con lo que adornarse como pavos reales lejos del susto navideño. Tampoco buscan con qué festejar, al fin en la feria del pueblo, la acumulación de frutos arrancados de la tierra.
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