Las luces
de la ciudad
absorben los anhelos
de la noche:
inquietudes dispersas
que poco a poco te hielan
el alma.
Como el brillo plateado
en las alas
de las gaviotas
que pasan sin mirarte
ignorando
felizmente la marcha
de la máquina
que mueve el mundo.
El incomprensible
mecanismo
del transcurrir de los días,
sucesión interminable de instantes
que conforman
una cadena inexorable:
el absurdo de ser.
que tal como estas? mucho gusto! soy un gran seguidor de Diego Vasallo, me gustaria saber si tienes el libro "Canciones que no fueron" ? para ver si me lo podrias compartir... te lo agradeceria mucho..
ResponderEliminarte dejo un abrazo y gracias..!
Si tengo el libro pero en papel
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