Cuando la Cetamina llegó, mucha gente dijo que ellos no
la tomarían jamás. Que había que ser imbécil para perderse
dormir, la siesta y soñar.
A los pocos meses, eran tantos los que habían sucumbido
que notabas que o te convertías o perdías parte de tu vida.
Hubo algunos que decidieron tomada por celos. Sí, por
celos. ¿Qué hacía tu pareja mientras tú dormías? ¿Con quién
estaba, qué le pasaba, qué veía, qué sentía ... ? Aquello pudo
con mucha gente, personas que no deseaban no estar en los
momentos nocturnos, que parecían creados para que les pa-
saran las cosas más hermosas del planeta. La sensación de que
tu pareja llegue, te despierte y te cuente algo increíble que
ha ocurrido a las cinco de la mañana mientras tú todavía
estás con sueño acumulado, con legañas en los ojos, era algo
que pudo con muchas negativas a abandonar la vida
nocturna que conocían.
Aunque yo continuaba deseando dormir cuando escucha-
ba esas razones. Al fin y al cabo, siempre he creído que el
dormir es como viajar al futuro. Mucha gente cree que jamás
viajaremos al futuro, pero yo creo que lo hacemos cada
noche. Duermes y cuando despiertas han pasado cosas
increíbles: se han firmado tratados, han cambiado los valores de la
bolsa, hay gente que ha roto con su pareja o se ha enamorado
en otras partes del planeta, donde la vida sigue ...
No hay comentarios:
Publicar un comentario