Ojos del cielo
Dicen que existió un pueblo cansado de vivir esclavizado por el sol, se reveló, y subiendo a la montaña mas alta le arrojó piedras y lanzas. Herido de muerte, el sol fue a caer sobre el mar; ensangrentado el horizonte en su caída. Así nació el atardecer, que dio paso ala noche, y en la noche pudo nacer la luna. El sol ya no fue enemigo, volvió a nacer de las aguas y más humilde aprendió a compartir las alturas con la luna. Ambos se convirtieron en ojos de un cielo que siempre nos mira, tanto en la luz como en la oscuridad.
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