sábado, 26 de diciembre de 2009

"Poésia" 1996 Antonio Machado




POR TIERRAS DE ESPAÑA

      El hombre de estos campos que incendia los pinares 
y su despojo aguarda como botín de guerra, 
antaño hubo raído los negros encinares, 
talado los robustos robledos de la sierra. 
      Hoy ve a sus pobres hijos huyendo de sus lares; 
la tempestad llevarse los limos de la tierra 
por los sagrados ríos hacia los anchos mares; 
y en páramos malditos trabaja, sufre y yerra. 
      Es hijo de una estirpe de rudos caminantes, 
pastores que conducen sus hordas de merinos 
a Extremadura fértil, rebaños trashumantes 
que mancha el polvo y dora el sol de los caminos. 
      Pequeño, ágil, sufrido, los ojos de hombre astuto, 
hundidos, recelosos, movibles; y trazadas 
cual arco de ballesta, en el semblante enjuto 
de pómulos salientes, las cejas muy pobladas. 
      Abunda el hombre malo del campo y de la aldea, 
capaz de insanos vicios y crímenes bestiales, 
que bajo el pardo sayo esconde un alma fea, 
esclava de los siete pecados capitales. 
      Los ojos siempre turbios de envidia o de tristeza, 
guarda su presa y llora la que el vecino alcanza; 
ni para su infortunio ni goza su riqueza; 
le hieren y acongojan fortuna y malandanza. 
      El numen de estos campos es sanguinario y fiero: 
al declinar la tarde, sobre el remoto alcor, 
veréis agigantarse la forma de un arquero, 
la forma de un inmenso centauro flechador. 
      Veréis llanuras bélicas y páramos de asceta 
—no fue por estos campos el bíblico jardín—: 
son tierras para el águila, un trozo de planeta 
por donde cruza errante la sombra de Caín.

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