viernes, 26 de septiembre de 2014

“Baladas del dulce Jim” 2010 - Ana María Moix


Por el río bajó el caballo blanco hasta el mar con la noticia:
que las palabras se vendían. Y allí, en el Delta, 
vio el gran sueño: Ay, Dios, qué que pena de caballo hay 
en el aire cuando llueve sobre la espuma quieta, 
loca, de nadie.

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Moriré en París, como César, una tarde de frío y aguacero.
Se lo dije a la sombra, antes de que se fuera:
Habrá un muerto que no saldrá en los periódicos.
Y sonrió con labios de fantasma y risa hueca.

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