El paseo de los raros
míralos, allá van:
locos, ebrios y desesperados
caminando por los parques de tu ciudad
en la quietud de las sobremesas de verano
hablan solos, tienden puentes, fuman colillas
son como personajes de Samuel Beckett:
prisioneros de su cabeza,
varados en lenguajes ficticios.
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