SHIVA EL BIENAMADO
Shiva no heredó el carácter ruin de Rudra. Benévolo
y pacífico, hoyes el dios al que adora la gente sencilla,
que le dado mil ocho nombres: Coronado de
Luna, Cuello Azul, Portador de Cráneos, Rey de la
Danza, etc. Es el dios preferido de los yoguis y los
ascetas, quienes se esfuerzan por parecérsele.
Atractivo físicamente, a Shiva se le representa a
menudo meditando, sentado sobre una piel de tigre.
Sobre su frente adornada con una luna creciente,
tiene un tercer ojo que quema todo lo que se le
interponga. De su cabello revuelto y recogido en un
moño en la coronilla, brotan, blancas como la leche,
las aguas purificadoras del Ganges, de las que se
apoderó cuando caían del cielo. En el cuello, que es azul
por haberse tragado el veneno con el que los
demonios querían destruir al mundo, lleva un collar de
calaveras entremezcladas con serpientes. Su cuerpo
es de una blancura extrema a causa de las cenizas
con las que se cubre. Va vestido con una piel de tigre.
Sus cuatro brazos representan las cuatro direcciones
del espacio. En dos de sus manos sostiene el
tridente y un hacha. Con las otras dos hace los gestos
de dar y de alejar el temor. Para ayudar a los
dioses va a menudo armado con un arco, una maza
guarnecida con una calavera, o un cordel para atar
a los que le han ofendido. Con un tambor en forma
de reloj de arena marca el ritmo de su danza cósmica
mientras aplasta con el pie derecho al espantoso
enano Mulayaka, que atiza las pasiones que hacen
sufrir a los hombres.
Se dice que Shiva Nataraja, el señor de la danza,
bailará hasta el fin de la cuarta la era, la de la ignorancia.
Shiva es un asceta al que no le gusta que le molesten.
Su morada está en el Himalaya, sobre el monte
Kailash. A su lado se sienta su esposa Parvati y sus
servidores, casi todos demonios. Cerca de él se halla
su medio de transporte, el toro blanco Nandi,
guardián de todos los mamíferos.
Shiva es el comienzo y el fin de todas las cosas.
Está en todas partes y se encuentra además en ninguna.
Adopta las formas más diversas, a veces mitad
hombre y mitad mujer. Su forma más común es el
lingam.
Según las creencias populares, las serpientes son
amigas de Shiva y genios del sol, espíritus de un reino
subterráneo cuyos tesoros guardan. Junto con sus
hembras, se dedican a la poesía. Las serpientes son
destructoras de la vida por su veneno mortal, pero
también son guardianas de las cosechas, y reciben
ofrendas de leche. Shesha vela por la vida de los
humanos, a quienes les gusta hacerle bailar al son de
sus flautas.
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