Fernando Arrabal firma así la contraportada de este libro de teatro que me sorprendió favorablemente ya que es mi primera lectura sobre sus textos y así dice: Reinventar el teatro es un quehacer fascinante. Se marcan limites, se marcan tabúes, se dictan normas... pero el dramaturgo, escucha tan solo su inspiración, escribe todo lo que le pasa por la cabeza. Y en su obra se dan cita la seducción, la locura , Dios, la Virgen Maria, el Ajedrez, el orgasmo, la perversión, la muerte, la mujer, la degradación , la ternura... Y escribe un teatro libre, católico , poético y pasional, gozando con él, sufriendo... viviendo intensamente.
jueves, 23 de septiembre de 2010
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