En este libro nos indica que ya no basta una sociedad nueva para cuya construcción es precisa la
"reconstrucción" del individuo, que comienza con el imperativo de "qué es lo que debo de hacer" y finalmente con el "quien tengo que ser", se pide, se exige una nueva humanidad.
Para ello solo hay que mirarse al espejo y ver que en realidad el golem es ese reflejo porque no tiene habla, pues para que viva tiene que sujetar la palabra de dios escrito en un papel dentro de la boca. El escupir, el espejo y la mancha, oponiéndose a la filosofía del cogito, ya que no0 es en los actos reflexivos , sino en la imagen del yo desarrollado, donde se alcanza la unidad de lo que yo soy.
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