jueves, 1 de julio de 2021

“El emperador en Santa Elena” 2020 - Javier De la Rosa


Aquel baile en los jardines, donde danzaban, los clarines y los

violines comenzaban con el vals del Emperador. Josefina y yo

abrimos la danza con paso corto pero firme, su mano descansaba

sobre la mía y yo la sostenía en la sombra de su cimbreo y sus

miradas furtivas a los jóvenes; dio un giro sobre sí y se centró en el

cambio con el joven sargento Michel D'Antón quien se sonrojó al

ver de cerca el rostro de la Emperatriz de Francia. Aceleré el paso de

la danza y di un traspiés tropezando con el cuerpo de Marie Signé,

la condesa de las Casas ,quien se distorsionó un pie y gritaba como

una condenada. La duquesa de Abrantes, se acercó indignada a

levantarla y me miró con cara de furia. Pensó que lo había hecho

adrede. Al día siguiente los comentarios en París fueron variopintos,

la lengua viperina de Laura Permond, trascendió y en los centros

de lectura y los periódicos se hacían eco de les folies de la Corte y

la mala pata de su Emperador.



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