Me muerdes, me atenazas, me destrozas,
me rompes, me desgarras, me quebrantas,
cuando tus labios buscan a mi vida.
Desde una mañana, bien me acuerdo,
que mi cuerpo tembló sobrecogido
al sentir sobre mí la piel núbil
y suave como una estrella del olvido,
de una niña inocente y perdida
como yo, sólo he buscado eso,
la caza de la felicidad cada
alborada, hecha de una sonrisa
femenina, de unos ojos verdosos o
azulados, de la curva insinuante
de unos pechos, de un abrazo
preñado de insolencia y esperanzas,
pero solo contigo he descubierto
el nacimiento de cada recoveco
del sentido, la voladora pasión
de un sol eterno, el dolor
tan intenso del deleite, la acogedora
furia del mordisco, mujer, vagina,
savia, semen, fuego, corazón,
intestinos, sangre, nieve, luz,
estertor, gemido, desvarío, turbión,
tormenta, climax, desmayo, paz,
ternura, perfecta sinfonía,
desolación, descanso, eternidad a trozos.
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