MI MAESTRO ME DIO LO QUE
no necesito, me dijo lo que no necesito saber. A alto
precio me vendió agua junto al río. A mitad de un sueño
me llevó con cuidado a la cama. Me echó fuera
cuando me arrastraba, me llevó dentro cuando estaba en
casa. Me remitió a los grillos cuando tenía que cantar, y
cuando intentaba estar solo, me ató a una congregación.
Cerró sus puños y me machacó hasta mi propia forma.
Vomitó de asco cuando me hinché sin llenarme. Hundió
sus dientes de tigre en todo lo que era mío y yo me
negaba a reconocer. A increíble velocidad me llevó a
través de los pinos hasta aquel reino donde yo ladraba
con un perro, me deslizaba con las sombras, y sal-
taba desde un punto de vista. Me dejó ser estudiante de
un amor que nunca podré dar. Me permitió representar
una amistad con mi mejor amigo. Cuando estuvo seguro
de que yo no podría reformarme, me arrojó al otro
lado de la valla de la Torá.
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