ACTO PRIMERO
En el Hogar del Suicida, sanatorio de almas del Doctor Ariel. Vestíbulo como de hotel de montaña, recordando esos paradores de turismo construidos sobre ruinas de antiguos monasterios y artísticamente remozados por un gusto nuevo. Todo es aquí extraño, sugeridor y confortable: el mobiliario, la plástica, el trazado de las arquerías, la disposición, indirecta de las luces acristaladas. En las paredes, bien visibles, óleos de suicidas famosos reproduciendo escenas de su muerte: Sócrates, Cleopatra, Séneca, Larra. Sobre un arco, tallados en piedra, los versos de Santa Teresa:
"Ven, Muerte, tan escondida
que no te sienta venir
porque el placer de morir
no me vuelva a dar la vida".
lunes, 17 de mayo de 2010
"Prohibido suicidarse en primavera" 1996 Alejandro Casona
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